Proporcionar métricas que ayuden a los responsables de políticas públicas y organismos a priorizar intervenciones según sus vulnerabilidades, facilitando así la mitigación del impacto del crimen organizado. Este índice tiene dos componentes principales: criminalidad y resiliencia. La criminalidad se divide en mercados criminales y actores criminales. Ambos componentes se miden en una escala del 1 al 10. Mientras que en criminalidad un valor más alto indica mayor actividad del crimen organizado, en resiliencia un 10 refleja la fortaleza de los países para enfrentar y adaptarse a los riesgos del crimen organizado. Para obtener información detallada sobre este indicador, le invitamos a consultar la Fichas Técnicas.
